Obra maestra del ballet universal, que Petipa situó en ese exótico Oriente que tanto seducía en el siglo XIX.
Recreada en los parajes de la India, narra el idilio de amor entre la hermosa bayadera Nikiya y el noble guerrero Solor. Estrenada en el Teatro Marynski de San Petersburgo en 1877, se inspira en los versos que el poeta hindú Kalidasa escribió sobre las mujeres consagradas a la danza, las
“devadasi”, que los navegantes portugueses llamaban “bailaderas”.
Bajo la dirección artística de Carreño, el Ballet de Monterrey se ha convertido, con su personalidad vibrante y energética, en un embajador de la danza de México en el mundo.